MI QUERIDO MAESTRO DE ESCUELA
"Erase una vez un hombre a una nariz pegado...érase una nariz superlativa" ( Francisco de Quevedo ). Válgame este recurso para llamar vuestra atención pero no pude evitarlo al recordar a mi querido y muy respetado Maestro de Lengua y Literatura, don Nestor Herrera (a) "Condorito" en esos inolvidables años escolares de mi Alma Mater "Pedro Coronado Arrascue". Me viene siempre a la memoria su preocupación para que nosotros, chicos de barriadas con limitaciones lingüísticas, pudiéramos al menos hablar decentemente en vez de esas 20 o 25 palabrotas con las cuales, combinadas, podíamos hablar de todo. Me acuerdo perfectamente cuando decía " Las palabras españolas provienen de los prefijos y sufijos griegos y latinos más sus respectivas raíces lingüísticas,además de los aportes árabes, quechuas, los anglicismos, neologismos, etc, etc . y se forman de 3 formas: por derivación, composición y yuxtaposición".
No deseo aburrirlos con esas, para mí, inolvidables clases magistrales con que nos solía regalar por 3 horas, dos veces cada semana. Pero me hincha las bolas (carajo yo también hablo así, a veces) que la gente se exprese de tan vulgar modo y cotidianamente. Hace poco un conductor me pidió que lo deje pasar al otro carril y me soltó un "tio, dame un zajiro". Al rato una señora quiso subir a un bus y el cobrador le dijo "ya no tía, estoy planchao", en otra ocasión oí decir a una joven : "que roche, tengo que tirar plancha, me quedé pelada sin pasaje" y así infinitamente como a todos les consta. "
¿ En qué momento se jodió el Perú Zavalita? (Conversaciones en la catedral - Mario vargas Llosa) Recuerdo claramente que en los 70´s la gente se expresaba con solvencia ya que se estudiaba Retórica en las escuelas, que es el arte de adornarse al hablar usando versos, rimas o cualquier recurso que adorne y agrade al interlocutor, especialmente si se trataba de una dama. El buen hablar era usual que había quien hablara en verso sin darse cuenta, como contaba el buen Ricardo Palma. De seguro que muchas veces han asistido a alguna ceremonia en que se hace uso de un breve discurso; bueno, los de ahora dan vergüenza ajena y que para disimular el abucheo terminan casi diciendo " Que empiese la juergaaa!! ?" . Discursos los de mi casa, donde el orador se subía a un podio y se soltaba unos cuantos latinajos; hacía referencia a un momento histórico, terminaba con una apología al celebrado y con un verbilocuente vozarrón terminaba en un brindis quasi político, de modo que al final estallaban los aplausos y la proposición para lanzar su candidatura a algún cargo público aunque sea para el comité vecinal. La cosa no quedaba ahí porque no faltaba quien se picaba y se animaba a pedir la palabra para demostrar que no era menos de quien lo antecedía. Total, hablaba el padre, el padrino, el invitado de honor, el pretendiente anónimo de la sobrina y al final el o la celebrada.
Cómo han cambiado los tiempos; ahora el que tiene que hablar en las ceremonias palidece antes de llegar, lo tienen que empujar; no sabe qué boberías va a soltar, mejor lo lleva escrito y cosas así. Cómo es que no todos tuvieron un profe como el mío. Yo creo que hubieron alumnos que si lo aprovecharon, tal como el "Chato" Gallarday, que en Quinto año fue el Brigadier general en mérito a su discurso y creo que al terminar la escuela se dedicó a Maestro. Pienso que la jerga está bien para aderezar una conversación pero el exceso es irritante y dependiendo del grado de confianza del interlocutor. Mi sugerencia final es, "Hablen bien, porque la elocuencia les abre todos los caminos, quita todos los cerrojos".
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