MI PRIMERA VEZ
No sè por què tanto lloriquean muchas damas en el face, ¡que los hombres asì...! ¡que los hombres asà...! y no lo digo por alguien en singular, sino que revisando, encuentro demasiadas dolidas. No dirè nombres que no es mi intenciòn tratar el tema de ellas. Pero me he dado cuenta que a los varones cuando los shotean, buscan a los amigos, se ahogan en tragos unos dias y luego se les pasa y nuevamente sale el sol, la vida vuelve a ser color de rosa y jamàs se atreverìan a publicar nada en el face pues se desacreditarìan. " ¡Còmo! ¡a mì! ...¿a los hombres? !! A mì en particular, me ha pasado y para muestra les voy a contar una, creo que la primera vez. Ya ven que tantas veces que... no me acuerdo ya, ni me importa; lo tomo como lecciones de la vida que nos hacen cada vez màs infalibles (je je je). Estando en Tercer año H en mi colegio, conocì, entre otras muchas chicas que por primera vez aparecieron en el colegio turno tarde (porque por las mañanas ya habìan mujeres) a una "amiga" de nombre Gaby. Entrecomillo ,amiga, porque pensè que lo era y que sus intenciones eran buenas pero despuès de 30 años descubrì que no. El asunto es que ella me puso entre ojos a una linda chiquilla del primer año cuyas iniciales eran HG. Cada recreo me buscaba Gaby para decirme que H esto, que H lo otro y me hacìa alusinar. Y tanto y tanto fue con el coscorrillo que busqué a la susodicha H y me mandè a la piscina sin saber que no habìa agua. Total me dì un trancazo que me quitò la autoestima y no querìa ni salir ni al recreo. Pensaba que todo mundo me habìa visto rebotar y querìa que me trague la tierra. No me animaba ni siquiera "la zulianita" con su diminuta faldita, ni la boquita de fresa de Jacky (en realidad era Jacinta como nos contò su hermano), ni la esplendorosa Aurora, versiòn Brambillesca de nuestro pequeño colegio Pedro Coronado. Pasado unas cuantas semanas en que era el primero en llegar y el ùltimo en salir para conservar el anonimato ( iluso yo, pensando en que alguien se darìa cuenta de mi presencia) hasta que tuve una epifanìa. Para compensar tamaña caìda de tobogàn de mi autorespeto me dì por sacar buenas notas y a participar mucho màs en clases (si hasta parecìa alumno nuevo o de otro colegio). Tanto que logrè que Erizo... perdòn, el profesor Wenceslao Quispe de Lenguaje y Literatura, me nombrara Bibliotecario Mayor. " ¡mierda!- dije yo- que tal honor". No sabìa que el pendejo del profesor me estaba mandando, en realidad, a que limpie el cuarto donde se guardaban los libros y los ordenase y catalogase por temas, por autores y por materia. Total, lo que parecìa al principio una joda de parte del profe, lo convertì en un hobbie; de modo que a los dos meses inauguramos Biblioteca en el colegio y yo tuve el honor de ser el encargado. Pero volviendo al tema de la chiquilla esa, es que casi al dia siguiente la vì con un ex alumno que estaba prestando servicio militar y que la venìa a visitar frecuentemente. Despuès de 30 años, comentando este hecho con mis amigos de promociòn descubrì que la tal Gaby deseaba quitar de encima a H del chico ese para que ella o su otra amiga tuviesen el camino libre. Me vino una indignaciòn que se me pasò rapidìsimo al ver que Gaby actualmente era una dama subido de peso y fea como sus intenciones. Como pròlogo dirè que a H la vì una vez en un point de un zòtano de la Plaza Francia donde yo solìa ir a ver bandas de rock. Estaba en un grupo de compañeros de trabajo vacilando bien chèvere. Le mandè un saludo a travès del locutor pero por màs que giraba 360 grados el cuello, yo no me dejè ver. Total, ella casi ni me conocìa y yo, dentro de mì, al verla en esa actualidad, me dije: ¡uff de la que me salvè!. Ya ven que lo que no es para uno, por algo bueno serà. FIN DE LA HISTORIA (por fin terminè una).
Excelente historia señor wolter
ResponderEliminarCuál es su nombre, mi estimado?
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